¿A dónde va la basura y por qué contamina tanto?

Foto: Laboratorio en Movimiento

Por lo general, cuando alguien tira un objeto al cesto de basura, una falsa impresión indica que se deshizo de el, que ya desapareció. Pero la verdad está muy lejos de eso. La mayoría de los residuos son enterrados en rellenos sanitarios, depositados en vertederos, o incinerados en basurales a cielo abierto.

Según un informe de Greenpeace, “La incineración reduce el volumen de los residuos líquidos o sólidos pero lo hace a costa de convertirlos en pequeñas partículas o emisiones gaseosas. Como consecuencia de esto, los residuos se expanden sobre un área mucho mayor”.

Por otro lado, en los rellenos sanitarios se coloca la basura en profundos pozos y se los tapa para permitir su descomposición, conocido esto como proceso de biodegradación anaeróbica. La falta de oxígeno bajo tierra genera que los residuos orgánicos emitan uno de los gases de efecto invernadero de mayor incidencia en el calentamiento global, el metano.

En cambio, los inorgánicos pueden tardar siglos en degradarse, o milenios en algunos casos. Por ejemplo, según Fundación Vida Sostenible, las botellas de vidrio demoran en desaparecer un tiempo indefinido, mientras las pilas perecen sólo luego de más de mil años. Durante estos extensos periódos, los elementos inorgánicos contaminan indiscriminadamente los suelos, las aguas superficiales y subterráneas, el aire, la flora y la fauna, además de perjudicar de forma directa la salud de las personas que viven en zonas cercanas a los vertederos.

La falta de separación de residuos en los hogares conforma un gran obstáculo para el reciclaje, el cual puede contribuir a la preservación de los recursos naturales del planeta, así como a generar menos residuos y menor contaminación ambiental.

También dificulta en gran medida la labor de los cartoneros, que revisan a diario incontables bolsas con todo tipo de residuos mezclados, hasta los más peligrosos, con el riesgo de cortarse y sufrir infecciones a diario. Por eso, reciclar y separar los residuos no sólo contribuye a la ecología y calidad de vida en general, sino también a mejorar las condiciones de trabajo y vida de los cartoneros.

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